DEAD IN THE STREET
Capítulo 15:
Eran cientos aunque estaban lejos, avisemos a los demás por
walkie-talkie que taparan las ventanas con maderas y clavos, corrimos lo más
rápido que pudimos hasta llegar al refugio, donde todos estaban tapando con
maderas y clavos la ventanas.
-¿Son muchos?-preguntó Eduardo
-Cientos de ellos- respondió Ima-
-¿Y os han visto?-preguntó Alex-
-Creo que sí-respondí-
-Venga ayudarnos a tapar las ventanas y la puerta- dijo
Alex-
Pasemos diez minutos tapando todas las ventanas hasta que
finalmente solo nos quedaba una ventana y la puerta, hasta que vimos que venían
casi todos hacia nosotros, les quedaban pocos metros.
-¡Vamos más rápido se están acercando, que los demás
preparen las armas y metan la comida en las mochilas!-dije-
Al decir eso Verónica, Álvaro y Cristina fueron a por la
comida y las armas, mientras que los demás incluido yo, tapábamos la ventana y
la puerta, justo cuando íbamos a tapar la ventana con el último tablón de
madera, la ventana se rompió y vimos las manos de los caminantes.
-¡¡¡Mierda!!! - gritó Alex- ¡vamos arriba!
Avisemos a Verónica, Álvaro y Cristina y subimos hacia
arriba, menos Álvaro que puso un mueble frente a la puerta, al hacer eso subió
con los demás.
-¿Y ahora qué?-preguntó Noelia-
-Vamos a alguna habitación, venga-dije-
-Yo me quedaré aquí, avisaré cuando vengan-dijo Álvaro
-Yo también-añadió Ima-
-Vale, pero cuando veáis alguno entrad rápido-dije-
Ima y Álvaro esperaron, escuchemos golpe como algo hubiese caído
por las escaleras, al oír el ruido entraron de nuevo.
-¿Qué ha pasado?-preguntó Cristina-
-Hemos tirado los muebles del pasillo a la escalera, para
darnos más tiempo-respondió Ima-
-¿Pero han entrado los caminantes- siguió preguntando
Cristina-
-No, por ahora no-respondió Álvaro-
-¿Qué haremos cuando entren a la casa?-preguntó Noelia-
-Propongo tirarse por la ventana-dijo Eduardo señalándola-
tampoco son tantos metros
Al decir eso, miré por la ventana y había unos pocos
caminantes, los demás estaban en la
puerta.
-Podemos disparar, saltar y correr lo que podamos, pero
tendremos que ser rápidos-dije-
-Vale ¿pero si los disparos atraen a los otros a los demás?-preguntó
Estela-
-Que sea lo que dios quiera…-respondió Eduardo-
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